EL COVID 19 ¿VIAJA EN TREN?
Por
Fernando Mendoza Elvira
“Un
príncipe hábil debe hallar una manera por la cual sus ciudadanos siempre y en
toda ocasión tengan necesidad del Estado y del él. Y así le serán siempre
fieles” Nicolás Maquiavelo.
Mientras
en el orbe entero todos los gobiernos se encontraban implementando medidas para
contener el COVID-19, o al menos preparándose para ello, en México el
presidente López continuaba realizando eventos masivos, repartiendo besos y
abrazos y congregando a multitudes, aún con el conocimiento de que la
propagación del virus traería graves consecuencias y un alto costo en vidas,
salud y recursos. En estas fechas, aun cuando la enfermedad continúa cobrando
vidas y en 31 de las 32 entidades federativas el semáforo epidemiológico
se encuentra en color rojo, el presidente tiene prisa por reiniciar sus giras y
recorridos en la República. Sabe que se sigue consumiendo el tiempo hacia las
elecciones federales que tendrán lugar en el 2021.
El presidente López dará inició a las obras no
obstante que la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos (ONU-DH) determinó que el proceso de consulta
indígena sobre el “Proyecto de desarrollo Tren Maya”, realizado por el gobierno
de México no cumplió con los estándares internacionales en la materia, es
decir, indicó que el consentimiento de los pueblos indígenas no se manifestó de
manera previa, libre, informada y culturalmente adecuado, como lo mandata el
artículo 19 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas. Lo anterior, a pesar que la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos así lo había solicitado desde noviembre de 2018.
El presidente López dará el banderazo al Tren
Maya aunque la pandemia por COVID-19 tiene a la población del país en crisis. Dará
inicio a las obras no importando que el Organismo Nacional protector de los
Derechos Humanos solicitó a FONATUR la implementación de medidas cautelares
para que suspendiera las actividades “no esenciales” del proyecto Tren Maya,
con objeto de evitar el contagio y propagación del virus COVID-19. Por el
contario, en desacato a la petición de la CNDH el FONATUR, mediante su
comunicado 12/2020, le dio respuesta señalando que “su comunicado del día de
hoy representa una acción bien intencionada, pero mal informada, pues las
acciones emprendidas por Fonatur, sus empresas subsidiarias y los consorcios
ganadores de las licitaciones se han hecho en estricto apego a la ley”. La
titular de la CNDH lamentablemente no ha manifestado postura alguna sobre el
rechazo de suspender las obras, ni sobre la atención a la pandemia por parte
del gobierno en general.
El año 2021 será trascendental políticamente para el
país pues habrá elecciones concurrentes, se renovarán 500 diputados federales y
15 gobernadores en estados de la República. López Obrador sabe que para la
continuidad de su régimen es fundamental conservar la mayoría en el Poder
Legislativo, y que el mapa político en casi la mitad de las entidades
federativas se modificará como resultado de las elecciones. Es de interés del
presidente continuar con la campaña de autopromoción y de impulso a su proyecto
político aun cuando las condiciones de la emergencia sanitaria en el país indican
lo contrario. El banderazo al Tren Maya es más que un símbolo, le significa la
continuidad de lo que él llama la transformación del país. Esperemos que el
COVID-19 no viaje en Tren Maya y no se disperse aún más, causando muerte y
desolación. Es deseable que el presidente López tenga visión de Estado y
suspenda sus actividades de promoción política enfocando toda la energía y
recursos a su alcance para la atención de la emergencia y para impulsar la
recuperación social y económica.