"Si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor"

Desmond Tutu

"Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos"

Martin Luther King

¡Viva la libertad! El sol nunca ha iluminado un logro humano más glorioso.

Nelson Mandela

sábado, 28 de enero de 2017

No al Discurso de Odio y de Discriminación

No al Discurso de Odio y de Discriminación

“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.
Martin Luther King

Como cada año, este 27 de enero la UNESCO conmemoró la memoria de las víctimas del genocidio provocado por el nacismo alemán. La remembranza del Holocausto es ocasión para recordar a la humanidad la imperiosa necesidad de erradicar cualquier tipo de violencia por razones étnicas, raciales, género, discapacidad, religión, preferencia sexual, postura política o de cualquier otra índole. En nuestro país, con motivo de la conmemoración de las víctimas del holocausto, el Secretario de Relaciones Exteriores llamó a reflexionar sobre la necesidad de combatir la intolerancia, la indiferencia y el odio mediante la promoción y el respeto a los derechos fundamentales del hombre[i].

Esa declaración coincide con las tensiones que en últimos días ha tenido la relación bilateral entre México y los Estados Unidos a partir de la llegada al poder del presidente Donald Trump y el inicio de la implementación de las medidas que anunció durante su campaña política y que van desde el replanteamiento de las condiciones pactadas en el Tratado de Libre Comercio –TLCAN– hasta la deportación masiva de miles de ciudadanos mexicanos que han emigrado a ese país en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Pero lo preocupante de la postura del político estadounidense, más allá del impacto que pudieran tener las medidas anunciadas en el orden mundial prevaleciente, es el discurso de odio y de discriminación que ha enmarcado a sus planteamientos desde su campaña política.

En el contexto de una postura ideológica que pudiéramos llamar Neonacionalista el ahora presidente Trump ha sostenido un discurso excluyente en el cual, a partir de lo que él conceptualiza como la grandeza americana, ha descalificado a las mujeres, a las personas afroamericanas, a las personas con discapacidad intelectual, a los migrantes –en especial a los mexicanos estereotipándolos como pandilleros, violadores y delincuentes–, a los musulmanes y a la comunidad LGBT. El discurso de odio y discriminación se hizo presente  como parte de una propuesta que encauzó el hartazgo y reclamo de una buena parte de la sociedad estadounidense y llevó a ese personaje a ganar la presidencia del país más influyente del orbe.

El escenario próximo se vislumbra desesperanzador, analistas coinciden en presagiar una ola de embates a los derechos, a la fraternidad universal y a la igualdad y no discriminación: “….es posible que un segmento importante de la población estadunidense no pueda contar con la protección del Estado. Musulmanes, homosexuales, personas trangénero, afroamericanos, judíos, centroamericanos: todos ellos podrían verse seriamente victimizados, ya sea por el gobierno de Trump o por los más radicales entre sus seguidores: el envalentonado Ku Klux Klan, por ejemplo, o las milicias de voluntarios armados que patrullan la frontera a la caza de ‘ilegales’ [ii].

Antes de cumplir una semana la administración del presidente Trump ya planteó, en el seno mismo de la Organización de las Naciones Unidas –ONU–  cuál será su postura, en palabras de Nikki Haley, embajadora de los Estados Unidos ante el organismo, declarando “tenemos que respaldar a nuestros aliados y asegurarnos de que nuestros aliados nos respaldan. Y quienes no nos respalden, que sepan que vamos a apuntar sus nombres, y vamos a responder como corresponda"[iii].

Trump se ha dedicado en dejar en claro que su administración antepondrá lo que él considera los intereses de su país y de sus ciudadanos – especialmente hombres blancos -, pero particularmente grave es ese discurso del “con nosotros o contra nosotros” en el foro de la ONU, organismo constituido el oficialmente el 24 de octubre de 1945, con los propósitos, entre otros, de  “fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal [así como] realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión...”. [iv]

Fotografía: Fernando Mendoza Elvira
Ese principio de no discriminación se encuentra contenido en tratados internacionales de carácter obligatorio para las naciones que lo suscriben. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos adoptado en la ciudad de Nueva York el 16 de diciembre de 1966 contiene el compromiso de los Estados Partes para garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el propio pacto, “sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social” y para prevenir la contravención al principio de igualdad prohíbe el discurso de odio y discriminación al señalar que “toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia estará prohibida por la ley [v]

Para distinguir entre ambos conceptos podemos hacer nuestra la diferenciación entre discurso de odio como la incitación al odio o a la violencia y las expresiones discriminatorias como “formas menos abiertamente ofensivas, pero igualmente insidiosas o dañinas “a menudo pasan por bromas, chistes o relajo… por ejemplo, anuncios sexistas, chistes racistas y demás representaciones erróneas y estereotípicas de grupos desventajados”[vi].

Ante el embate del presidente Trump con un discurso de odio ( presentando como los enemigos de la grandeza norteamericana a los migrantes mexicanos o a los musulmanes) y con expresiones discriminatorias hacia mujeres (denominando Miss Piggy a Alicia Machado, ex Miss Universo)[vii], debe llevarnos a que en las relaciones con los Estados Unidos, México y la comunidad internacional, hagan valer el principio de igualdad tanto entre naciones como hacia los individuos y defender los derechos humanos. Pero también nos debe llevar a reflexionar en nuestro propio país, e incluso en el ámbito privado, a desterrar el lenguaje de odio y de discriminación. Se trata de una transformación cultural que, además de estar contenida en las legislaciones internacionales y domésticas, debe irse adoptando como paradigma en las convicciones de las sociedades.

Al respecto, vale invocar lo señalado por el psicólogo Gordon Allport quien afirmaba que “la legislación, si se asegura su vigencia, puede ser un arma contundente en la batalla contra la discriminación. También pueden serlo las decisiones judiciales que invalidan la legislación discriminatoria que viene del pasado. La acción legal, sin embargo, sólo tiene un alcance indirecto sobre la reducción del prejuicio personal. No puede imponer maneras de pensar ni infundir la tolerancia subjetiva… La ley sólo pretende controlar las expresiones externas de intolerancia. Pero la acción externa, la psicología lo sabe, tiene un efecto eventual sobre los hábitos internos de pensamiento y sentimiento. Y por esta razón incluimos la acción legislativa como uno de los métodos principales para reducir no sólo la discriminación pública sino también el prejuicio privado”.[viii]



Youth Department of the Council of Europe



A su vez, el embajador de Israel en México, Jonathan Peled en un acto conmemorativo en el Senado de la República también con motivo del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, mencionó que para evitar la discriminación es necesario educar y promulgar leyes.[ix] Thorbjørn Jagland. Secretario General del Consejo Europeo ha mencionado que las medidas legales son muy importantes pero no son suficientes, la educación es la única solución a largo plazo: “para prevenir el discurso de odio, para denunciar el discurso de odio y para promover la solidaridad con las víctimas[x]

Ya contamos con reglas que prohíben el discurso de odio y de expresiones discriminatorias, se trata ahora entonces de cambiar esquemas y combatir ese tipo de alocuciones, ya sea en partidos de fútbol: “Eeeee Puto!!”, en declaraciones de servidores públicos (como la realizada por Nicolás Alvarado acerca de la peculiar forma de vestir del cantante Juan Gabriel, o bien como la expresada por el comentarista José Ramón Fernández en el programa Fútbol Picante transmitido por la cadena ESPN cuando se refirió al árbitro como persona con síndrome de Down.

No creo que debamos combatir al pretendido neonacionalismo del señor Trump colocando en nuestro perfil en las redes sociales la bandera mexicana y convocando a rechazar lo norteamericano, incurriendo precisamente en posiciones de fanatismo nacional como la que sostiene el hoy presidente de los Estados Unidos para justificar su discurso de odio y discriminatorio. Me parece que lo que corresponde no es un llamado a la unidad nacional para entonar el mexicanos al grito de guerra contra el osado enemigo común. El reto es adoptar un frente común como ciudadanía informada y responsable para exigir a nuestro gobierno que, desde una posición digna y firme, garantice el ejercicio de las libertades y proteja los derechos humanos de todas y todas, tanto en el ámbito interno como en el global, ante los Estados Unidos de Norteamérica y el resto de las naciones.

Desterremos definitivamente pues del cotidiano el discurso de odio y las expresiones discriminatorias, comenzando con nosotros mismos e incorporando ese principio en la ética pública y privada, por lo pronto, hablemos de derechos.

Fernando Mendoza Elvira.
Enero de 2017.




[i] Notimex, Combatir intolerancia con impulso a derechos humanos, pide Luis Videgaray al recordar el Holocausto, visible en http://www.24-horas.mx/combatir-intolerancia-con-impulso-a-derechos-humanos-pide-luis-videgaray-al-recordar-el-holocausto/ , consultado el 27 de enero de 2017.
[ii] Nicolás Medina Mora, La Democracia en Amerika, Revista Nexos. número 469, año 40, volumen XXXIX, enero 2017, México, p.36.
[iii] Sandro Pozzi, El País, La nueva embajadora de EE UU llega a la ONU con un lenguaje beligerante, visible en  http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/27/actualidad/1485529040_963531.html, consultado el 27 de enero de 2017.
[iv] Artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas.
[v] Artículo 2 y 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
[vi][vi] Karla Pérez Portilla, ¿Sólo Palabras? El Discurso de Odio y las Expresiones Discriminatorias en México, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 1ª edición, 2015, México, p. 18.
[vii] BBC Mundo, "La llamó Miss Piggy": Alicia Machado, la ex Miss Universo venezolana que se convirtió en protagonista involuntaria del debate entre Clinton y Trump, http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-37479161, consultado el 27 de enero de 2017.
[viii] Gordon W. Allport, La Naturaleza Del Prejuicio, Editorial Universitaria de Buenos Aires EUDEBA,  4ª edición, 1971, Argentina, pp. 511 y 512.
[ix] Tribuna Israelita, cuenta de Twiter @Tribuna_ISR, visible en el enlace a tweet:  https://twitter.com/Tribuna_ISR/status/825060033708699648, consultado el 27 de enero de 2017.
[x] Ellie Keen y Mara Georgescu, BOOKMARKS A manual on combating online hate speech through human rights education, Consejo Europeo, 2016, https://www.nohatespeechmovement.org/bookmarks, consultado el 27 de enero de 2017.  

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